Escribir: “ir hacia adentro, para poder sacarlo”.
Dorita Inés Cortón es una suarense, Profesora de Lengua y Literatura (hace varios años que está jubilada) y es escritora. Como da muchos cursos sobre escritura, es también una gran promotora de que otros se conviertan, a su vez, en escritores, reuniendo así sus dos pasiones.
Hace años –la plataforma digital dice que 8 años- inició con una amiga suya, uruguaya, una actividad por Facebook: consiste en escribir algo, a partir de tres títulos de obras de la literatura.
Lo que empezó como un juego -Taller Repentista, así se llama- tiene alrededor de 250 participantes y el reconocimiento de muchas personas y espacios.
Pensando en el arte como liberación, en estos tiempos donde estamos obligados a estar aislados, es muy bueno poder poner la mirada en el arte como un medio para volar, salir, para romper los barrotes visibles o invisibles que nos están rodeando en estos momentos, a las personas del mundo entero.
Entre los lenguajes artísticos, el de la escritura. Por eso la entrevista con nuestra querida Dorita Cortón, por teléfono, como corresponde en estos tiempos, y, además, porque vive desde hace varios años en Buenos Aires.
“Son momentos complicados, difíciles, que nos obligan a algo negativo, a lo mejor, pero también podemos encontrar algo positivo. Esto de ir hacia adentro, para después poder sacarlo. Ya sea en alguna forma de arte, en música, en pintura, en la palabra”.
Con esa intención dice que “estoy trabajando mucho en estos momentos. Mi tarea viene desde hace muchos años, pero ahora con más profundidad o más interés de parte de algunos nuevos participantes de parte de nuestro Taller Repentista”.
Usando la red social de una manera muy creativa, cuenta que “empezamos como un juego, con una amiga uruguaya, que nos mandábamos frases, palabras, para inspirarnos a escribir algo sobre eso. De repente, el juego comenzó a incorporar personas. Mi amiga, por razones de tiempo, tuvo que retirarse, pero ya empezó a construirse desde ahí el taller”.
Sí es cierto dice que “la tecnología –la escritura también lo es, cuando nació era algo construido por el hombre, y por lo tanto era una tecnología más-, como todas, pueden ser bien o mal utilizada. Se pueden dar muchos ejemplos en este sentido. En Facebook, indudablemente, uno encuentra de todo. Pero en ese todo hay cosas maravillosas. Por ejemplo, la posibilidad de hacer visitas virtuales a lugares, donde jamás hubiéramos imaginado estar”, como es el caso de museos del mundo.
En el espacio “Café”, dentro de este grupo de Facebook, Taller Repentista, se genera un momento de saludo y de encuentro con la gente que participa.
“Hay gente de Israel, de Barcelona, de Perú, de diversos lugares de Latinoamérica, a través de todo nuestro país. Y se siguen incorporando. En ese café, todos los días, les dejo un lugar hermoso para ver, que puede ser un amanecer, cualquier lugar del mundo, una frase con la que reflexionamos. Y, además, siempre íbamos a visitar algún lugar del mundo. Y de pronto aparecieron la posibilidad de hacer visitas virtuales a museos. En estos momentos estamos conociendo museos de todas partes del mundo. Es la gran posibilidad, cuando uno puede manejar esta tecnología, de una manera mucho más creativa”.
Dice Dorita Cortón que “la escritura es sanadora. Permite sacar aquello que pueda estar molestando y dar lugar a lo bueno, a lo que necesitamos tener”.
“Todos tenemos dentro esta posibilidad de volar. Todos pensamos, todos imaginamos. Cuando me dicen ‘yo no soy para esto’, digo: sos como todos, lo que tenes que hacer es encontrarlo y poder mostrarlo. Simplemente. No es nada extraño ni nada ajeno al ser humano”.
Cuenta que, en el Taller Repentista, “el motivo de inspiración, que son los títulos del autor cuya biografía estoy dando ese día, nos permita sacar, dar a conocer, cosas que están allí, que pueden ser de ficción o pueden ser personales, reales. Generalmente, cuando alguien empieza a escribir, necesita contar lo suyo, aunque lo ponga en otro personaje. Al principio, hablamos de nosotros mismos. Y lo hacemos durante un tiempo, hasta que hemos dicho aquello que no lo podíamos decir y que, escondido detrás de un personaje, una historia, puede decirse. Lo llamo sanador, justamente, porque permite esto, sacar, poder decir, limpiar, desbrozar, aquello que tiene espinas, que duele”.
A partir de este proceso, dice Dorita Cortón, “comienza a nacer el escritor, verdaderamente. Porque empieza a preocuparse por las técnicas, por cómo decirlo y con qué estrategias. Entonces, empieza el verdadero escritor. Antes fue necesaria esta primera etapa, para que esta segunda apareciera”.
Quienes quieran encontrarla en Facebook, como Inés Cortón. Y a su taller, que tanta repercusión está teniendo, ahora más que nunca, Taller Repentista, en la misma plataforma social.