La Inspectora Regional Miriam Benítez destacó el rol educativo y social de la Escuela Agropecuaria en su 50° aniversario
Durante el emotivo acto por los 50 años de la Escuela de Educación Secundaria Agraria N° 1, la Inspectora Jefa Regional de Educación, Miriam Benítez, se hizo presente para saludar a la comunidad educativa y transmitir el reconocimiento del Ministerio de Educación de la Provincia de Buenos Aires.
“Buenas tardes a todos. Para no hacerlo muy largo, porque hemos sido muchos oradores, vengo a traerles el saludo del ministro de Educación, Alberto Sileoni, y felicitarlos por este maravilloso logro de 50 años de educación”, expresó al iniciar su intervención.
Benítez valoró profundamente la trayectoria de la institución, destacando que en las palabras de Agustina —en alusión a la vice directora Agustina Martinez Otamendi— se había sintetizado el espíritu de lo que representa la Escuela Agropecuaria. “Algunos la hemos conocido por transitarla en nuestra formación, otros solo por escucharla, otros por las cabalgatas... pero en este tiempo que a mí me toca estar en la gestión de la región, me he dado cuenta junto con mis compañeros inspectores de educación agraria y jefes distritales, de la importancia que tiene en la Región 23 la formación técnica y agropecuaria”.
La inspectora también se refirió a los desafíos constantes que atraviesa el sistema educativo, remarcando que “para la educación, todos los años son difíciles. Siempre tenemos algún tipo de crisis, algún tipo de cuestionamiento, siempre tenemos que estar volviendo a empezar”. Sin embargo, señaló que una historia como la de la Escuela Agropecuaria facilita ese camino de reconstrucción permanente, gracias a su legado, a su identidad y a la comunidad que la sostiene.
“Es muy importante que esté ocurriendo eso: que otros que ya no están en la institución la sigan respaldando. Ese equipo que se forma con los equipos de conducción, los docentes, los auxiliares, la cooperadora y toda la comunidad educativa hacen de esta una institución que es modelo para nuestro distrito”, subrayó con orgullo.
Benítez resaltó que el mayor fruto que da una escuela no es solo académico, sino humano. “Nos da el fruto de reconocer en sus egresados y en sus estudiantes buenas personas, y ese es nuestro camino como docentes: formar buenas personas. En una época donde parece que todo diera lo mismo, en las escuelas sabemos que no todo da lo mismo”.
“Pensar en el otro, ponerse en el lugar del otro, eso es lo que hacen las instituciones. Formar buenas personas que, además, en el futuro pueden elegir de qué vivir, cómo seguir estudiando, cómo organizar su trabajo, su vida laboral y familiar; pero también convertirse en ciudadanos críticos que nos ayuden a reconstruir de una vez por todas nuestra grandiosa patria”, concluyó con firmeza.
Antes de despedirse, felicitó especialmente a Agustina Martínez Otamendi y a todo su equipo por el trabajo realizado y deseó un feliz cumpleaños a la institución que, desde hace medio siglo, forma a jóvenes en valores, saberes y compromiso con la comunidad