“Una genialidad”: el plan continental del General San Martín para la liberación de Chile, Argentina y Perú

El propio José de San Martín llamó a ésta hazaña “plan continental”, y Meyer aseguró que “hubo un montón de situaciones y proyectos que salieron a la luz a partir de ella”.

Al respecto, enlistó tres cuestiones de relevancia para poner de manifiesto el cruce. Por un lado, el hecho en sí mismo, y, además, dos tácticas: “San Martín sabía que, si cruzaba los Andes él solo no era suficiente. De la Serna estaba en el Alto Perú, que quería invadir por el norte, y así contrarrestar las fuerzas de San Martín en Cuyo”.

Señaló, en ese punto, la figura de Miguel de Güemes, de quien dijo “debía hacer de tapón para evitar que De la Serna llegue a la región de Salta y Jujuy, y lo logra”.

Explicó Gladys Meyer que “la cuestión de Güemes y San Martín tenía dos misiones: la primera era que los españoles no llegaran a Salta y Jujuy; y, por otro lado, la Guerra de Zapa”.

Consultada sobre ella, la entrevistada refirió que fue “ubicar en un lugar que no corresponde al ejército de San Martín”. Es decir, se informó que el General pasaría por esa zona, pero con el propósito de confundir. 

“No fue solamente buscar soldados y pensar en el armamento, los camiones, los médicos y la ropa, sino ir viendo todo” resaltó Meyer, describiéndolo como “complejo” y asegurando que ella misma se emociona al releer partes que quiere recordar: “Me emociona tremendamente porque pienso que es una genialidad” dijo, poniendo de relevancia el modo de trabajo del General José de San Martín: el trabajo en equipo.

“Él lo llevó adelante con Güemes, Martínez, Álvarez Condarco y otros personajes que pasarán, prácticamente, desapercibidos. No quisieron ser descubiertos en su momento” contó la Profesora, aludiendo a que “todo eso hace que el trabajo de San Martín sea realmente importante”.

Gladys Meyer destacó la diplomacia del General, contando que se “reunió a los Caciques más importantes, que vienen preparados como para una fiesta, un encuentro con un oficial del Ejército de los blancos que les pide una reunión, porque todos deben opinar si le dan autorización o no, a San Martín, para cruzar por sus tierras”.

Finalmente, la mayoría dio el sí, a excepción de tres Caciques, que no se sabe quiénes fueron. Así quedó resuelta la cuestión: “Fue democrático, la mayoría dijo que sí y bastó para cumplir con esa autorización”. 

Por supuesto -señaló Meyer- “intercambiaron regalos como aguardiente, un pedido de los pueblos originarios, que les era muy difícil de conseguir; también sombreros, juguetes y cosas de lo más variado”.

Al dar por finalizada la reunión, con posterior fiesta, San Martín se retira y regresa a Plumerillo: “Ni bien terminó de llegar, Marcó del Pont se había enterado que San Martín iba a mover el Ejército por el sur” marcó Meyer, destacando que era parte de la información falsa difundida. 

En esa línea, a su regreso a Plumerillo, San Martín organizó las Fuerzas: “Todo aquel soldado que no estaba en condiciones de cruzar la Cordillera marchó hacia el sur, caballos y mulas que estuvieran en mal estado fueron hacia el sur. Y utilizaron una estrategia: la gente de la zona rural sabía cómo levantar cortadera y levantaban ramas viejas en las colas de las mulas y caballos, y a medida que caminaban levantaban polvo. Por lo que, si había españoles que estaban espiando, veían una gran movida por el polvo que éste grupo iba levantando”. 

De ese modo fue que Marcó del Pont divide su Ejército: él se fue hacia el sur y dejó la mitad de sus soldados custodiando la zona central: “Cuando está por llegar a donde se suponía iba a cruzar San Martín, se da cuenta de que lo engañaron, y vuelve, pero ya sabe que perdió, porque San Martín, en ese interín, cruzó los Andes”. 

Contó Meyer que el General Libertador reconocía que sus hombres no estaban preparados para prestar batalla en alta Cordillera, porque no podía entrenarlos, y casi todo era secreto: “Tuvo una serie de personajes dentro del campamento que van haciendo estrategia” señaló la entrevistada, profundizando que, “en distintos lugares, hacían pozos y escondían ciertos elementos que podrían llegar a necesitar los soldados si eran emboscados”.

Queda reflejado cómo San Martín había considerado todos los detalles en su mente para llevar adelante éste suceso histórico y representativo.

“Somos poseedores de una de las mentes privilegiadas del siglo XIX y deberíamos, desde la casa las familias, hacer a los chicos que tomen consciencia de esto que en la escuela no se dicta. Hasta desde el Ministerio de Educación” concluyó la entrevistada.