ACV en niños: ¿pueden advertirse y prevenirse?
El médico pediatra Andrés Aguirre profundizó, en el marco del Día del ACV que fue el pasado 29 de octubre, en cómo dicho mal no afecta sólo a la comunidad adulta: “Una neuróloga del Garrahan decía que en la infancia la prevalencia de los ACV es hasta mayor que los tumores cerebrales” señaló en principio.
En esa línea, como primera medida, explicó que un ACV es un accidente cardiovascular “que sucede cuando el flujo de sangre se interrumpe a una parte del cerebro, que puede darse porque un tronco tapó una arteria o porque se rompió una arteria y se produjo un sangrado”.
Se los llama también ataque cerebral o infarto y Aguirre detalló que, “si el flujo se tapa por pocos segundos, el cerebro no recibirá oxígeno ni nutrientes, pero si se produce por más tiempo, las células cerebrales van a morir causando daño permanente”.
Resaltó que sí ocurre esto en niños y agregó que sucede en alrededor de seis niños de cien mil, por lo que no es una enfermedad muy frecuente.
“Hasta finales de la década del noventa, en el ambiente pediátrico, era muy poco reconocido el ACV, pero se ha avanzado, en la actualidad, mucho y se la busca en resonancias magnéticas y tomografías computadas y es algo que vemos” retomó Aguirre, quien, ante la consulta de la posibilidad de prevención, dijo: “El problema con los niños es que casi no existen medidas de prevención primaria, que son hacer algo para que no pase nunca”.
De todos modos, la forma en que se produce un ACV en niños es totalmente diferente a cómo se da en adultos -etapa en que se vincula más con una mala dieta alimenticia, falta de ejercicio físico y los niveles del colesterol o fumar, entre otras cosas-: “Sí hay en niños prevención secundaria que implica, para aquellos que ya tuvieron un ACV, prevenir un segundo, pero también advertirlo en quienes tienen factores de riesgo”.
Respecto de ello, explicó Andrés Aguirre que hay dos grandes grupos de niños que tienen ACV: los previamente sanos, donde las causas más frecuentes tienen que ver con enfermedades de las arterias que se desconocías; y otro, con los que tienen una enfermedad de base. Casos en que deben estar muy vigilados por sus cardiólogos.
Sobre el modo de manifestación, contó el profesional, son del mismo modo que en adultos, mientras que sobre los síntomas de alerta para detectarlo enlistó la debilidad o adormecimiento de la mitad del cuerpo, convulsiones, dificultad para hablar o entender, debilidad en la mitad de la cara, dolor de cabeza intenso sobre todo, asociado a vómito o somnolencia, mareos, dificultad para caminar.