¿Día de la Madre o Día de la Familia?: “Freud ampliaba el concepto de madre mucho más allá de la persona física que encarna los cuidados en las familias”

Antonela Gros Aldecoa, licenciada en Psicología, invitó a pensar y reflexionar sobre las diferencias en las configuraciones familiares que, indicó, “parecen una novedad, pero no es tan nuevo”.
Mirando hacia el pasado y remitiéndose a los fundamentos de la psicología, de la mano de Sigmund Freud (por el año 1900), Gros Aldecoa explicó que por entonces ya hablaba de función materna y función paterna: “Él ampliaba el concepto de madre mucho más allá de la persona física que encarna los cuidados en las familias tradicionales” relató, describiendo que “no es tan moderno esto de pensar que a veces hay situaciones o configuraciones familiares en las que puede no haber una madre física, pero siempre hay alguien que cumple ese rol”.
Por lo tanto, propuso, desde la psicología, que podría hablarse del Día de la Función Materna, “aunque suene poco comercial”. Se trata de repensar qué sucedió con el Día de la Madre en los últimos años, tiempo en que se fue transformando, paulatinamente, en el Día de la Familia.
En esa línea, sugirió que, “si bien celebramos el Día de la Familia, hay familias en que sí está la mamá y tampoco sería justo borrar la conmemoración de esa figura tan importante a lo largo de la vida”.
Invitó entonces a continuar las celebraciones del Día de la Madre, celebrando a quien sea que encarna esa figura dentro de una familia, que no necesariamente tiene que ser una mujer, ya sea porque es una familia homoparental, uniparental u otra.
Lo que Antonela Gros Aldecoa sostuvo fue que “siempre hay alguien que encarna en la función materna. Entonces, pensar en el Día de la Madre o de la Familia nos permite cuestionar el rol”.
Se trata “de la persona que nos sujeta a la cultura, nos educa emocionalmente y nos enseña todo lo que necesitamos para poder convivir en comunidad”, dijo la Licenciada en Psicología, agregando que, “a veces, borramos, con tal de no herir susceptibilidades, la realidad de todos los demás y hay que ver si eso resulta tan inclusivo como queremos”. En ese punto fue que propuso pensar que, “si encaramos desde otro lugar los eventos de este tipo, podemos revalorar a esas personas que cumplen la función en reemplazo de alguien”.
Pese a lo antedicho, la entrevistada reconoció que “nos cuesta generar cambios, sobre todo, en acontecimientos tan tradicionales como este”. Aunque agregó que, “tal vez, se resiste porque valoramos siempre a quien cumple la función y nos cuesta dividir el agradecimiento al resto de la familia, conociendo la función materna”.
Consultada sobre si sucede igual con la función paterna, Gros Aldecoa aseguró que, “desde la psicología, es lo mismo”.
Pese a eso, indicó que “son funciones diferentes, que se complementan, pero que pueden encarnarse por padre y madre, biológicamente hablando, o por cualquier otra persona que ocupe ese lugar. Son roles que ordenan”.
En ese punto fue que resaltó que “no hay cuestionamiento en la celebración de la función de padre”; profundizando cómo muchas veces hablamos de que otras personas “encarnan la función de padre”. Expresión que tomamos naturalmente. Y es que “estamos más habituados a que se encarne en otras personas porque, tal vez, histórica y culturalmente, estamos más habituados a pensar que es un rol que puede ser intercambiable” dijo Antonela Gros Aldecoa, reflexionando que “está naturalizado que la función paterna puede ser encarnada por varias personas a la vez”.
La profesional puso el foco en resaltar que, desde el punto de vista de la psicología, se trata de funciones diferentes: “La materna es constitutiva, amorosa. Tiene que ver con libidinizar al otro. Es una función más de constitución de ese psiquismo. Pero la función paterna tiene que ver más con el límite, con marcar el ‘hasta acá’”.