Guía básica para la prevención de golpes de calor y accidentes acuáticos en niños durante el verano
Inició la temporada de verano y los cuidados preventivos para los más chicos de la casa resultan de vital importancia, no sólo en lo vinculado a la exposición solar, sino al uso de anteojos de sol, repelentes, protectores solares y el tiempo en el agua.
El médico pediatra Andrés Aguirre enlistó una serie de recomendaciones a las que estar atentos para no dar por sentado ningún detalle, porque ante cualquier descuido pueden generarse cuadros que afecten la salud de los bebés y niños: “Siempre hay que prevenir los riesgos asociados al calor y a la deshidratación. Es importante mantenerse hidratados y sabemos que los niños y personas mayores tienen mayor riesgo de sufrir deshidratación y cuando realizan actividades al aire libre, que en nuestra región se da mucho, el riesgo aumenta, por lo que la recomendación es beber mucha agua, que es lo mejor para hidratar, aunque se pueden beber bebidas con sales o leche materna” detalló el entrevistado, recordando hidratarse antes, durante y después de las actividades físicas, incluso cuando no se tiene sed.
En ese sentido, Aguirre alertó sobre las quemaduras solares y los golpes de calor: “La protección solar es esencial. Los niños son más susceptibles y se recomienda usar protectores con factor treinta o más y recordar que tarda en hacer efecto, por lo que hay que aplicarlo treinta minutos antes de exponerse, renovando la aplicación cada dos o tres horas porque pierde el efecto. Usar sombreros y ropa adecuada, además de lentes, aunque no estemos acostumbrados a que los niños los usen” dijo el entrevistado, señalando también la importancia de los horarios: “Entre las once de la mañana y las cuatro de la tarde se debería evitar la exposición porque son horas intensas, sobre todo en los bebés más chiquitos, y se recomienda a los menores de seis meses no usar protectores solares” resaltó el Pediatra que, haciendo foco en las actividades propuestas por las colonias de vacaciones o en los clubes y casas particulares, invitó a usar los espacios de sombra, frescos y bien ventilados para evitar quemaduras y golpes de calor.
Vale destacar que la sudoración excesiva, la palidez, las cefaleas y los mareos muchas veces tienen que ver con golpes de calor, por lo que si cualquiera de estos síntomas aparecen es muy importante consultar con un profesional médico y no esperar a que se alivien ni buscar en internet: “Hidratar mucho es importantísimo. Pueden aparecer vómitos y haber incluso desmayos. Muchas veces la gente lo confunde con gripe, pero en realidad es un golpe de calor” dijo.
Por otro lado, Andrés Aguirre habló de la alimentación segura que involucra la correcta conservación de los alimentos con las temperaturas que corresponden: “Todos los alimentos perecederos deben guardarse en la heladera y lo que haya que cocinar, hay que cocinarlo bien y está bueno fomentar el consumo de frutas que también hidratan” resaltó, sin dejar de lado la importancia de prestar atención a los juegos y movimientos de los niños, sea en piletas o en playas: “Es un tema duro y triste, pero es fundamental vigilar a los chicos por más que sepan nadar. Siempre debe haber un adulto supervisando. A veces pasa que se juntan entre amigos o primos, hay adolescentes y los adultos nos confiamos, pero los chicos no dejan de ser chicos y quizás se descuidan y puede pasar una desgracia” dijo, invitando a poner en uso los elementos que sirven para la protección de los niños, como chalecos salvavidas: “Durante muchos años trabajé en Guardias Pediátricas y me tocó recibir varios chicos víctimas de ahogamiento y es algo muy triste. Siempre hay que pensar que puede ocurrir, así que hay que prevenirlo”, resaltando la importancia de cercar las piletas de las casas particulares y no dejar a los chicos solos jugando allí.
Concluyentemente, el Pediatra entrevistado hizo foco en las picaduras de insectos, sobre todo de los mosquitos por el dengue: “El uso de repelentes y de los elementos que tenemos para ahuyentar a los insectos es importante. Hay repelentes especiales, aunque en los niños más pequeños hay que usar algunos que no son tóxicos porque quizás se chupan y pueden intoxicarse”.