La Plaza Tambor de Tacuarí se vistió de alegría en la tarde del viernes: la Neo de Coronel Suárez celebró el Día del Prematuro con los niños que pasaron por su Servicio

Preciosa tarde y precioso momento compartido entre médicos/as, enfermeras/os, mamás, papás, niños, integrantes del Centro de Estimulación Temprana y otras personas que son parte de la atención del recién nacido prematuro.

El día acompañó con una tarde a pleno sol. El espacio verde que constituye la Plaza estaba esplendoroso con tantos niños y tanto colorido, porque desde el mismo Servicio se habían armado juegos para entretener a los niños. “Es que tenemos, aparte de las mejores enfermeras, una manos creativas que hacen cosas hermosas. Adornaron toda la Neonatología, tienen las mejores ideas. Son jóvenes, tienen chicos, tienen esas ideas y las ponen dentro de la Neo, y nos producen mucha alegría” dijo la Dra. Corina Muñoz, integrante del equipo médico del servicio local.

Ana Inés Urruti, que es integrante del Lactario, manifestó estar “cada vez más contenta. Esto es muy gratificante. Es como uno carga las pilas para seguir durante el año. Cuando ves los chicos y las mamás, y cómo han avanzado, es un mimo para el alma, para cargar las pilas”. Agradeció a todas las personas de Suárez que colaboran “un montón. El Lactario no podría subsistir si no fuera por todas las donaciones y el apoyo que recibimos”.

El Lactario realiza una muy buena tarea, asegurando que a los bebés les llegue la leche de su mamá. Pero, además, tiene a su cargo la residencia para las madres que vienen desde otros lugares. “Desde el Lactario ayudamos a las enfermeras y a los médicos a sostener a esas mamás que se les hace tan duro la estadía. Porque algunas llegan a pasar hasta tres meses en Suárez”. La residencia funciona en un ala del Hospital “Raúl Caccavo”.

Cuando queda leche materna sobrante es donada al Banco de Leche de La Plata, donde la pasteurizan y la distribuyen entre los bebitos que la necesitan. “Todavía no hemos logrado hacer el intercambio, que ellos pasteuricen la leche y traerla, pero es un sueño que se nos está por cumplir en cualquier momento”, dice Ana Inés. 

Pero, además, las chicas del Lactario han sido felicitadas, cuenta la Dra. Muñoz, por su labor y por hacer llegar tan bien la leche hasta La Plata. Desde la dirección del Banco de Leche de La Plata han sido felicitadas por el traslado adecuado de la leche.

La Dra. Corina Muñoz está en la Neo desde el año 2010. Consultada en torno a lo que ha aprendido en la Neo de Suárez, dice que encontró, en primer lugar, “una familia, amigas, apoyo y, aparte, aprendí un montón, primero de la mano de Osvaldo Azpilicueta y ahora de la mano de Andrés Aguirre. Aparte de lo que uno trae, de su residencia y aprendizaje en la facultad, uno aprende mucho. Porque, además, hay gente que es muy buena y nos enseña” expresó la profesional. “Siempre digo que aprendo de la mano de ellas, desde que llegué”.

Viviana Osinaga, jefa interina de Enfermeras de la Neo, dice que “para nosotros es muy emocionante todo esto, porque vemos el proceso de esos bebés que se van de alta, y ahora, verlos caminar, hablar, para nosotros es re gratificante, nos llena de alegría”. Agrega que “este día lo tomamos como una jornada de alegría, para compartir, tomando en cuenta todo lo vivido desde el lugar de padres en la internación y nosotros como profesionales, colaborando y apoyando ese proceso. Ver ahora a los chicos, creciendo, con ganas de seguir adelante, nos llena de alegría”.

Leticia Rekofsky, enfermera de la Neo, cuenta que está en el Servicio desde el año 2007. Por supuesto que se acuerda de varias historias de vida. “Lo lindo de estos días es ver a los chicos. Y con esas historias en la memoria, cruzarnos a los padres, a los bebés y a niños ya crecidos. Tenemos la suerte en Suárez de cruzarnos a algunos chicos que son de acá. Incluso, hemos atendido a hijos de amigos. Y es lindo ver que vale la pena. Las corridas en los momentos de urgencia valen la pena, porque vemos los chicos, ahora grandes, que tienen una vida normal y es lindo cruzarlos ahora”.

Emilce Heffner, también enfermera del lugar desde hace muchos años, dice que “es hermoso aprender ahí. No es lo que uno pensaba, la verdad que es mucho más. Es soñado. Un trabajo que lo hacemos con muchísimo amor”. Consultada en torno a esos ‘mucho más’ que acababa de mencionar, amplió que se trata del compañerismo en el Servicio, el trabajo con las familias, “para ellos es algo que no pensaban que iba a pasar en el embarazo. Porque generalmente, lo que se espera es tener el bebé e irse a la casa. Y cuando no es así, es una crisis enorme. Y nosotros estamos para acompañar, para apoyar. Y verlos acá, crecidos, después de tantas cosas que han pasado, porque hemos llorado juntos, con los padres, inclusive. Y verlos acá es una alegría enorme”.

“Es lindo verlos así, emociona” dice otra compañera enfermera, poniendo en palabras el sentimiento de todos.