01/01/2024SOCIEDAD

Milton Álvarez, tras sortear el Síndrome de Guillain Barre, terminó feliz su año en el nivel inicial

Yazmín Bravo es la mamá de Milton Álvarez (4 años) y también de Emilia, una beba de 2 meses que, hay que aclararle al hermano mayor, ya no se puede devolver. 

Damián Álvarez es el padre de Milton, alumno del JIRIMM de D´Orbigny que está a cargo de la querida docente Karina Graff.

Yazmín y su pareja viven en el campo, donde trabajan en la zona rural. Este año tuvieron un susto enorme a partir de una afección de salud de Milton.

“Fue difícil, fue raro, fue muy de golpe, no sabíamos qué era lo que pasaba” cuenta la mamá. Relata que Milton fue siempre un niño muy activo, “nunca fue de estar quieto, nunca fue de estar mucho tiempo con pantallas. Así que, de golpe, que le pase algo como lo que le pasó, fue duro para nosotros” expresó esta joven mamá de 21 años. Al día de hoy no se explica cómo lo enfrentó: “Fue levantar la cabeza y seguir para adelante porque tenía que estar con él y estaba embarazada de 25 meses. No me quedaba otra que enfrentarlo”.

En junio de este año Milton tuvo Síndrome de Guillain Barré, que es una enfermedad que puede producirse por una infección bacteriana o viral aguda y ocurre cuando el sistema de defensas del cuerpo ataca parte del sistema nervioso periférico: “Empezó a la noche, con que le dolían las piernas. Pensábamos que era por todo lo que andaba. Pasó al día siguiente y andaba igual. Al otro día, cuando sale a jugar, dijo que no se podía levantar, pidió que lo ayuden”.

Consulta con la pediatra, una primera posibilidad, problemas en las rodillas. Radiografía mediante y otros estudios fueron descartando esos primeros diagnósticos. Para el viernes llantos de madrugada, corridas a la Guardia y al comprobar que el niño no sentía ningún dolor al golpearle las piernas, aparece como posibilidad este Síndrome, tras interconsultas con diferentes especialidades. Una rápida decisión de trasladarlo a Bahía Blanca para tratarlo con un neurólogo infantil.

Tras más estudios, punción lumbar mediante, el sábado por la mañana, tras horas de internación en Bahía Blanca, aparece el diagnóstico, confirmando que Milton tenía este Síndrome, que la mamá sospecha surgió a partir de consumir leche no pasteurizada.

“Gracias a Dios tuvo un avance increíble” cuenta Yazmín, quien recuerda que al principio no podía gatear, pararse nada. Para el martes de la semana subsiguiente Milton pudo sentarse con los pies caídos. “Veíamos como un avance, que el tratamiento le había hecho bien”.

El 6 de julio le dan el alta, pero había que seguir con tratamientos kinesiológicos, especializados en neurología. El 16 de agosto, en el control con un neurólogo que viene a Suárez, le demuestran que Milton había comenzado a dar sus primeros pasos agarrado, los había comenzado a dar el 13 de agosto, relata su madre. Para el 11 de octubre ya había comenzado a caminar sin apoyo.

En la memoria de esta mamá está registrado, día por día, cada uno de los avances que tuvo su hijo en la recuperación. “Este Síndrome tiene cura, puede llegar a dejar alguna secuela”, indica y agrega: “Gracias a Dios, Milton todavía no. Nos dijeron en Bahía que es muy poco el porcentaje de que vuelva. En febrero tiene otra vez consulta con su neurólogo, porque todavía no había recuperado toda la movilidad de la pierna izquierda, que es la que él comenzó. Pero camina, corre, salta. El 12 de octubre terminó con la kinesióloga. Lo que queda ahora es lo que vea el neurólogo”.

Con que ganas esta familia habrá levantado las copas para brindar por la salud recuperada. “Fue un año que tuvimos altos y bajos. Empezamos con la novedad que se agrandaba la familia, a mitad de año nos ocurrió esto. Sabíamos que lo íbamos a superar. En octubre tuvimos la llegada de Emilia. Gracias a Dios todo marcha bien y esperamos iniciar el año los cuatro juntos, con mucha salud”, dice Yazmín.

Agradece el acompañamiento de todos, moviendo cielo y tierra para que Milton tuviera toda la atención necesaria para recuperar la salud.